Se bueno con ella y ella lo será contigo
THE LONG ISLAND TRILOGY
por bell hooks
Las películas de Hal Hartley son meditaciones lentas. Crean en la pantalla grande un clima de quietud que invita al público a detenerse y reflexionar, para que en verdad escuchen lo que dicen los personajes y observen atentamente lo que sucede.
En La última oportunidad, el guardia de seguridad se quita el rosario de alrededor de su cuello y se lo da al ladrón de bancos con una advertencia precisa: “Se bueno con ella y ella lo será contigo.”
Esta declaración resuena en mi memoria y en la de otras espectadoras que conozco que admiran las películas de Hal Hartley. Más que cualquier otro cineasta contemporáneo, él enfoca su cámara en la masculinidad. Nos muestra aspectos de la masculinidad desde la perspectiva de la vulnerabilidad y abyección masculinas.
Si bien las películas de Hartley, como dice uno de sus asesores, hablan de “romance y espiritualidad”, esos temas son tratados por muchos otros directores de cine. Las películas de Hartley tienen un tono distintivo gracias a la manera en que construye a sus personajes masculinos. Nos presenta a hombres que se rebelan contra la masculinidad patriarcal convencional del mismo modo que cualquier mujer que defienda el feminismo. Por su parte, las mujeres que aparecen en sus películas siempre—siempre—reclaman como propia la posibilidad de aventura, sin importar cuánto las exciten las extrañas criaturas masculinas que Hartley ha inventado.
En Confía en mí vemos imágenes de familias perturbadas en las que mujeres y hombres tratan de romper las cadenas impuestas por madres y padres autoritarios, y a veces abusivos. Hartley capta la realidad de los hechos, su cruda cotidianeidad. Su obra tiene elegancia, aunque sin llegar a ser estitizante. Todas sus películas exploran el espacio doméstico como reflejo de la psiquis interna. El espacio nunca está dispuesto simplemente para acomodar la narración. Está ahí para ofrecer detalles contundentes y pistas sobre lo que ocurre realmente en la intimidad, mientras la cámara trata de captar e interpretar la mente de sus personajes. Las mesas, las heladeras, la librería—todos los objetos comunes de pronto se ven distintos en sus películas, ya sea que estén ordenados o no.
En La increíble verdad, Confía en mí y La última oportunidad, los paisajes cotidianos expresan el tedio y una sensación de insignificancia y desesperanza que a veces nos deprimen a todos. En ese entorno se desarrollan pequeños dramas de traición y abandono. En La última oportunidad, dos hijos buscan a su padre para entender la verdad acerca de quién es él y del legado que les deja. Todo lo que encuentran son fragmentos, pero mientras indagan, va quedando al descubierto la vulnerabilidad de ambos y cae la máscara de masculinidad.
Amateur va aún más lejos y explora cuestiones relativas al perdón y la reconciliación. Habiendo resucitado de una muerte simbólica al comienzo de la película, el actor Martin Donovan se alza como un hombre sin memoria. Deja atrás a una mujer explotada, oprimida y aterrorizada, y luego encuentra a otra a quien ofrece protección y consuelo.
Faltándole la memoria, espera que le den una segunda oportunidad. Las mujeres dudan de si podrían confiar en él. Al final, esto no importa. Todo no está redimido. Las películas de Hartley nos recuerdan que la traición hace que todos ansiemos un amor redentor, como manera de empezar otra vez. Su obra nos dice que la vida solo nos ofrece a todos una oportunidad constante de cambiar de actitud.
Lion’s Roar, Julio 1996